martes, 2 de diciembre de 2008

¿Le quedarán ganas de volver?

Hagamos de cuenta que Tutankamón llegó esta mañana a Buenos Aires. Adelantando la gira que lo traería en 2009.
En su primera visita oficial a Argentina, el faraón de los faraones cumple al pie de la letra con todos los protocolos y, tras una jornada agotadora, se refugia el hotel, cansado de fotos y exclamaciones.
Prende el televisor y hace zapping, mirando la repetición de la copa Davis, el debut de Maradona como técnico de la selección, el suicidio del Malevo Ferreyra, patinando, bailando y lo deja prendido en un canal de cocina.
Mira por la ventana de su habitación y a lo lejos observa la Villa 31 y piensa “esto no debe ser la Argentina que me prometieron” y no tiene mejor idea que ponerse a navegar por Internet.
Por esas casualidades se interesa por una ciudad en particular. “Córdoba” y comienza a leer los diarios. Un extraño escalofrío le corre por la espalda cuando lee que Videla fue procesado y comprueba que la crisis financiera también afecta a esta remota ciudad de la punta sur del continente americano.
De incógnito, decide tomarse un avión para conocer la Córdoba de las campanas. Mientras se saca fotos en la catedral, una periodista lo entrevista y le pregunta con tono imperativo “¿no le parece que deberían sacar a los pobres de la plaza?”
Mira a su alrededor y ve a linyeras, perros y papeles. Encoge los hombros. La periodista toma eso como una respuesta afirmativa y cierra la nota quejándose del caos vehicular que genera la protesta de un grupo de empleados de call center.
“Esto no es lo que me prometieron”, repite. Alquila un auto y comienza a recorrer el interior, rumbo a la Pampa húmeda. Tras esquivar un par de “piquetes paquetes”, se para en una cerca y observa, ahora sí, las anchas praderas verdes-soja. Se sorprende, no ve una vaca, “y yo que me quería comer un asadito”.
Mientras vuelve, observa una casilla. De curioso, ingresa y ve a seis nenes solos, jugando. ¿Y sus padres? El más grande, que no debía tener más ocho años le dice: están cortando la ruta, porque el patrón les prometió 15 pesos por cada día que corten el camino “pidiendo por un país federal”.
Extrañado porque ese país que se jacta de tener la mejor carne tiene más soja que vacas, el Faraón vuelve al auto y mientras vuelve prende la radio, sintoniza Radio Nacional, y escucha Nadie Sale Vivo de Aquí.
“Espero que expliquen algo de lo que pasa”. Craso error estimado Tutankamón, porque las explicaciones no son nuestro fuerte y si por casualidad se nos cae alguna es, como decía Adolfo Castelo en la Noticia Rebelde, un aporte más a la confusión general
Así que faraón, quédese hasta las 23, por Radio Nacional Córdoba, en Nadie Sale vivo de aquí.

Nicolás Fassi

Presentación realizada el 21-11-08

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenisimo! me encanto!Mami.