martes, 27 de julio de 2010

Cooperativas unidas por los derechos laborales

Cinco cooperativas de la ciudad, junto al área de Desarrollo Social municipal y el IIFAP de la UNC, elaboraron un proyecto de ordenanza que otorga prioridad en la contratación de mano de obra a empresas solidarias por parte de la Municipalidad en caso de que dicha mano de obra no pueda ser cumplida con personal de planta; también establece un vínculo de tercerización de servicios, la exigencia de idoneidad para producir el bien o prestar el servicio; entre otros puntos. Además, la ordenanza incluye la regulación de los precios a pagar por los servicvios, a fin de que se fije un valor justo.
Por Magdalena Rodríguez y Lucia Villarroel
Obtener y conservar una fuente de trabajo digna es el motivo por el cual distintas cooperativas de la ciudad de Córdoba emprendieron una lucha colectiva. Desde febrero de 2010, Aparcar, CVA, El Progreso, Alberdi y La Carpa conformaron Cooperativas Unidas con el objetivo de articular sus reclamos a través de un proyecto de Ordenanza Municipal que ampare sus derechos laborales.
La desigualdad en las condiciones de trabajo y la inestabilidad económica son los principales perjuicios que sufren las cooperativas que brindan servicios a la Municipalidad de Córdoba. Es este escenario el que propició la unión de las problemáticas particulares en busca del fortalecimiento de sus demandas.
En este contexto, las cooperativas de los trabajadores del estacionamiento en la vía pública (CVA, Aparcar y El Progreso) exigen la devolución del permiso para trabajar en zonas geográficas y franjas horarias que actualmente están controladas por parquímetros y tiqueadoras. Otro de los aspectos que los “Naranjitas” denuncian es el vínculo entre el poder político y empresas privadas a las que se les garantizan ganancias. Teniendo presente la importancia del apoyo de la sociedad, estas cooperativas presentaron una Iniciativa Popular con el fin de dar mayor visibilidad a sus problemas cotidianos.
Otra de las organizaciones que integra Cooperativas Unidas es la Cooperativa de Trabajo Alberdi, cuyo servicio es la elaboración de raciones de comida para hogares de personas de la tercera edad. Su principal reclamo es el incremento del precio de la ración, el cual, a diferencia del de otros prestadores, se mantiene fijo desde hace años.
La Cooperativa La Carpa nuclea a los trabajadores que realizan el servicio de limpieza de la Municipalidad. Al igual que las organizaciones arriba mencionadas, esta cooperativa sufre el congelamiento de los pagos, la disminución ilegal de los precios de servicios ya prestados y la rescisión de contratos. De este modo, la precarización laboral y la desigualdad de condiciones frente a empresas privadas son los ejes que articulan el trabajo colectivo de Cooperativas Unidas.
A partir de esta situación, estas cinco cooperativas en conjunto con la Secretaría de Desarrollo Social y Empleo de la Municipalidad de Córdoba y el Instituto de Investigación en Formación y Administración Pública -IIFAP- (U.N.C), han elaborado un Proyecto de Ordenanza Municipal. El mismo establece un régimen de contrataciones con empresas y/o efectores sociales basado en principios de solidaridad e igualdad, desarrollo humano y comunitario, progreso económico con justicia social, productividad de la economía local y generación de empleo.
Durante la realización del proyecto los actores implicados hicieron hincapié en el reconocimiento de las cooperativas de trabajo como estructuras jurídicas idóneas para la ejecución de obras y prestación de servicios.
Algunos de los puntos que la Ordenanza trata son: la prioridad de la contratación de mano de obra de Empresas Solidarias y/o Efectores Sociales por parte de la Municipalidad en caso de que dicha mano de obra no pueda ser cumplida con personal de planta permanente; el establecimiento de un vínculo de tercerización de servicios y/o provisión de bienes entre el Municipio y la Prestadora; la exigencia de capacidad técnica en el oficio, idoneidad y conocimientos para producir el bien o prestar el servicio que se necesite contratar; entre otros.
Debido a que una de las irregularidades que más preocupa a las cooperativas es la inestabilidad de precios con los que trabajan, la Ordenanza incluye la regulación de los mismos. Con el objeto de fijar objetivamente un precio justo para las partes, la determinación del precio de referencia se hará por acuerdo entre ellas, con participación de la Secretaría de Desarrollo Social, y será actualizado en función de los plazos de vigencia contractual previstos.
El trabajo conjunto entre Cooperativas Unidas, Secretaría de Desarrollo Social y Empleo de la Municipalidad de Córdoba y el IIFAP, tuvo como propósito crear un marco legal que proteja a los trabajadores y garantice la continuidad de sus fuentes de trabajo. El Proyecto de Ordenanza Municipal será presentado en el Consejo Deliberante donde se debatirá su implementación. Igualmente, Cooperativas Unidas continúa su lucha por el respeto de los derechos laborales de las organizaciones sociales que prestan servicios a la Municipalidad.
Imagen: www.gestionparticipativa.coop

Mama Africa

Para los que vivieron los fines de los 60, Pata Pata fue casi la música obligada de los asaltos y fiestas. Algo así como el waka waka del Mundial (salvando las enormes distancias).

Esta canción folclórica sudafricana saltó a la fama mundial en 1967, cuando fue cantada por Miriam Makeba, ícono de la cultura sudafricana y reconocida militante por los derechos civiles de los negros. Nacida en Johannesburgo el 4 de marzo de 1932, Makeba comenzó a cantar en los años cincuenta con el grupo Manhattan Brothers, tras lo que fundó su propia banda, The Skylarks, que mezclaba jazz con música tradicional sudafricana.

Sin embargo, esa militancia la llevó al exilio, a punto tal que el gobierno racista sudafricano le negó la entrada al país para asistir al funeral de su madre. Mama Africa, como también se la conocía, aterrizó en Estados Unidos. Pero por la vigilancia que el FBI hacia de ella y su marido, el activista negro Stokely Carmichael (1941-1998), integrante de las Panteras Negras, debió trasladar su residencia a Guinea.

Makeba supo llevar como nadie al escenario las tradiciones y los trajes típicos de su tierra en espectáculos donde su voz cálida y su grande presencia eclipsaban a los instrumentos étnicos que la acompañaban. En 1972, actuó en el Festival de la Canción de Viña del Mar (en Chile), donde el público chileno la abucheó luego de gritar “viva salvador allende”.

Logró su máxima popularidad con el tema Pata Pata (1967), en español “Toca-Toca” que está cantado en xhosa a la que pertenece Makeba, una de las 11 que se hablan en Sudáfrica. La cantante residió en Guinea hasta su regreso a Sudáfrica el 10 de junio de 1990 tras la excarcelación de Nelson Mandela, quien tiempo después le ofreció participar en su gobierno. En el 16 de octubre de 1999, fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Makeba escribió dos libros autobiográficos, Mi historia y Mamá África, éste publicado en 2004 y en cuya presentación relata que a los 33 años, le diagnosticaron un cáncer cervical. El 10 de noviembre de 2008 falleció en la localidad de Castel Volturno, en el sur de Italia, a causa de un paro cardiaco que se produjo tras un concierto contra el racismo y la mafia, en el que participaba.

Es decir que murió en su ley

Por Nicolás Fassi

domingo, 25 de julio de 2010

"Hagamos lo posible"

Desde hace un año, un grupo de medio centenar de jóvenes trabaja con talleres y espacios productivos en nueve barrios del sur del conurbano bonaerense y La Plata.

Se formó hace un año por la iniciativa independiente de un grupo de jóvenes que comenzó a trabajar por la “lucha y organización” de una sociedad incluyente. No se trata de una actividad cerrada, sino de tareas abocadas a tender una mano a chicos y adultos, desde el trabajo y la educación. El movimiento cultural “Hagamos lo Imposible” realiza talleres y genera espacios productivos en barrios del sur del conurbano bonaerense.

“Hagamos lo imposible” comenzó a tomar forma el año pasado, cuando un grupo de jóvenes notó trabas en los barrios a la hora de encarar proyectos sociales. Hoy son 45 los integrantes de este grupo que organiza talleres para los más pequeños y espacios productivos de panadería y costura, para que los adultos aprendan un oficio.

A la hora de definirse, se piensan como “un grupo que apunta a la práctica transformadora y no reproductora de las condiciones y relaciones sociales vigentes”. También como una guía para que los barrios se organicen y aparezcan iniciativas autónomas.

Los miembros de la organización trabajan en 9 barrios ubicados en los partidos de Quilmes, Florencio Varela, La Plata y Longchamps. En relación con la experiencia de la llegada a los barrios, el grupo comentó en diálogo con AUNO-Tercer Sector que llegan al barrio “solo por saber de su existencia” y que lo primero que se hace es “hablar con los vecinos para comentarles sobre la práctica. Así, la labor no se limita a dejar una ayuda a corto plazo, sino que busca dar herramientas para que quienes vivan en los barrios puedan organizarse e independizarse de punteros políticos.

La agrupación trabaja con chicos y grandes para devolverles “desde el bien cultural de la lectura hasta un par de zapatillas y un techo para sus familias”.

Entre algunos de los talleres que realizan se encuentran los de pintura, juego – siempre apelando a la creatividad de los más chicos como estímulo-, murga, circo, macramé, guitarra y ajedrez. Si bien el primer encuentro con los niños siempre es especial porque implica ganar confianza y conocerse mutuamente, el grupo aseguró que “los chicos siempre llegan con buena predisposición”.

Entre las ideas base de trabajo se encuentra aquella que marca la necesidad de tomar conciencia de que “todos tenemos poder sobre el propio accionar y sobre la toma de decisiones”.

Más allá de hacer un buen balance sobre el trabajo que realizan, debido a que notan que la relación con los vecinos es fluida y hay aceptación del trabajo en conjunto, este grupo de jóvenes no deja de pensarse a futuro, y es allí cuando imaginan “continuar con la tarea, porque a medida que se afianza la relación y el trabajo de los barrios, la cuestión se va complejizando”.

Por Laura Cabrera

Fuente: AUNO