La autogestión de los bienes comunales demuestra que sí son posibles otras formas de hacer economía. En España existe una localidad andaluza, Marinaleda, que refuerza las investigaciones de la politóloga estadounidense con su trabajo comunitario y la explotación de sus recursos agrícolas desde finales de los setenta.
Marinaleda es un pueblo con unas particularidades políticas, sociales y económicas, distintas a las demás poblaciones de Andalucía. Su ubicación en el sur de la campiña sevillana, a 108 kilómetros de la capital, hace de este municipio un islote en un mar de latifundios e industrialización agrícola privada. Su pequeña población, poco más de dos mil setecientos habitantes, no la ha hecho invisible. El compromiso comunitario local y global, su participación social en los órganos de poder y la finalidad solidaria de su plusvalía productiva hacen de este lugar otro modelo de desarrollo social para el mundo rural.
La Premio Nobel, Elionor Ostrom, refuerza el modelo de Marinaleda con sus estudios basados en la gestión óptima de los «bienes comunes», la que realizan los propios usuarios de los recursos, que permite una mejor explotación y un mayor beneficio. Y demuestra, en contra de lo que muchos vienen defendiendo desde hace años, que no es necesario privatizar ni regular de forma centralizada ese tipo de recursos comunes. Los trabajadores consensúan sus propias reglas laborales y de producción. Pero la mejora de resultados requiere la concurrencia de dos factores fundamentales que garantizarán el buen funcionamiento de las asociaciones de usuarios: la definición previa de las normas reguladoras de su actividad, así como, la determinación precisa de sanciones para aquellos que las incumplan.
Ostrom ha recibido el Nobel de Economía 2009 por haber demostrado que las asociaciones de propietarios pueden administrar con más éxito los denominados «recursos comunes» que cuando se impone desde el exterior. Cada logro social conseguido en Marinaleda ha sido una lucha ideológica enfrentada a las posiciones conservadoras, lucha política porque defendían un proyecto ante otros partidos, lucha burocrática para salvar las trabas administrativas y lucha económica a causa de la falta de dinero. Los lugareños miran al pasado y mucho ha cambiado su pueblo, pero los jóvenes siguen demandando y hay que seguir avanzando.
Siguiendo las aportaciones de la politóloga y premiada por el Nobel Elionor Ostrom, "los fondos y recursos públicos deben ser controlados y empleados para la supervivencia del Estado de Bienestar. Algo que, con total seguridad, sería exigible bajo la perspectiva de control y gestión por los propios beneficiarios".
fuente: economiasolidaria.org
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