Giacominos en potencia

En Argentina, y en Córdoba en particular, cuando se avecinan elecciones nada puede sorprendernos, menos aún que se analice si el intendente debe o no dejar su cargo un año antes de lo previsto.

A ver, convengamos que a Giacomino es difícil defenderlo, es más, resulta imposible, y que si incluso no fuera tarea tan complicada, no tendríamos por qué hacerlo. Pero aun si tengamos en cuenta eso, resulta patético ver que, a partir de su alineamiento con el Gobierno Nacional, son varios los que hacen cola para pegarle. Desde algunos periodistas hasta los grandes medios para los que trabajan, pasando por todos los dirigentes de la oposición, incluso por sus propios funcionarios y ni hablar de su mentor político, Luis Juez

Incluso, lo patético no es sólo que hagan cola para pegarle, sino que más de uno tiene responsabilidades manifiestas en el opaco presente que nos muestra esta capital.

A esta altura de la Democracia, solicitarle la renuncia a Giacomino o dejar entrever que para continuar debería pedir el consenso político a los concejales de la oposición, es poco menos que irresponsable.

Claro que no menos irresponsables fueron los legisladores de la Unicameral que esta semana aprobaron la tan mentada reforma política provincial. ¿De qué reforma nos están hablando?

La verdad que no lo sé, por que a las listas sábanas les cambiaron el nombre y ahora serán listas únicas; hicieron lo que quería José Manuel y dejaron abierta la posibilidad de separar la elección local de la nacional; y lo que es peor: ni se dignaron a discutir las fuentes de financiamientos de los partidos políticos. O sea, más de lo mismo, todos son unos Giacominos en potencia, incluso los que quieren voltearlo.

                                                                                                                    Por Guillermo Heredia