Che, nosotros sí que no aprendemos más: ni bien la crisis internacional nos dio un pequeño respiro, nos las ingeniamos para crearnos un problema detrás de otro, es como si tuvierarmos, todos los argentinos, no sólo el Gobierno, una capacidad muy particular de meter la cabeza debajo de la tierra.
Siguiendo esta teoría, no se nos ocurrió mejor idea que estatizar las AFJP, y ojo porque tal vez la cuestión de fondo esté bien encarada, pero tengo mis serias dudas de que se haya elegido el mejor momento de los mercados; de hecho, ¿qué ocurrió?: el dólar se disparó casi hasta los $3,50, y no sólo por el accionar de los capitales financieros, sino también por el de tipos comunes como usted o yo, que apenas vuelven a sentir la sensación de crisis, lo primero que hacen es correr al centro a cambiar la cara de Julio Argentino Roca por la de George Washington.
Y hablando de momentos y momentos, qué decir de Julio Humberto Grondona, que en el ocaso de su presidencia en la AFA otra vez utilizó la cintura para sacarse un problema de encima y tirárselo al Diego, otro estereotipo argentino, que ni bien comienza a superar sus problemas crónicos, casi por inercia busca uno nuevo; y encima lo disfruta, como si se tratara de un placer mayúsculo tener a su lado al Dr. Bilardo.
Pero qué le vamos a hacer, tenemos el Gobierno que merecemos; Grondona es una copia fiel de los dirigentes del fútbol argentino; y Diegote no tiene copyright en otro lado del mundo. Lo mismo que Charly, que de paseo entre la cama y el living, hace 25 años, se juntaba con Aznar y Spinetta para hacer una radiografía excelente de cómo era la argentina pre Malvinas
Guillermo Heredia
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